Blog en construcción

Blog todavía en construcción y en permanente evolución. Vuelve de vez en cuando, porque estoy incorporando nuevos contenidos.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Cambiemos a Agile

Cuando se decide hacer la transición hacia Agile es necesario entender qué va a aportarnos esta nueva forma de trabajar en el proyecto o proyectos. La recomendación general es pensar en grande, pero empezar en pequeño y en lugar de hacer un cambio radical en toda la organización, ir paso a paso. Seleccionar aquella organización, equipos y proyectos que consideremos pueden ser más proclives a probar cosas nuevas y que nos permitan experimentar sin poner en riesgo el negocio.

Al abordar este cambio, se puede aplicar una perspectiva similar a lanzar un nuevo producto al mercado. Eso puede ayudar a establecer el marco de actuación. Para ello se puede crear una justificación de negocio antes de iniciar esta nueva andadura. Diseñar un business case tiene sus ventajas, puesto que en caso de ser aceptada la idea, se dejará margen de autonomía a la organización que esté haciendo la implantación, a la vez que se generará expectativa alrededor de los resultados obtenidos, y simplificará la toma de decisión estableciendo unos objetivos claros. Al mismo tiempo, el business case proporciona los criterios para determinar si el proyecto (el cambio a Agile) ha resultado exitoso. En este business case particular, deberemos incluir algunos de los siguientes capítulos:

  • Identificar la necesidad: Debemos dejar claro cuál es la situación actual y por qué se plantea la necesidad de cambiar a Agile.
  • Definir la oportunidad. Esta necesidad también se puede expresar como una oportunidad o la posibilidad de aportar valor.
  • Definir el objetivo: Dejar escrito cuál es el objetivo del cambio de forma de trabajar (de la existente a Agile), es decir, qué queremos conseguir con este cambio. Como ya he comentado en un post anterior, los objetivos se deben definir siguiendo algunas reglas.
  • Identificar alternativas. Dentro de Agile, identificar las diferentes opciones que tenemos (Kanban, Scrum, etc).
  • Establecer la estrategia: El plan que vamos a seguir para hacer esa transición.
  • Definir los hitos. Son los puntos significativos en la transición hacia Agile para verificar el progreso, detectar desviaciones o definir nuevas actuaciones o objetivos adicionales que se vayan definiendo a lo largo del proyecto.
  • Cuantificar la inversión. Cuál es el coste de hacer esta migración hacia Agile, qué debemos invertir.
  • Calcular el retorno de la inversión. El retorno de la inversión es el resultado y la ganancia obtenidos de este proyecto, en el caso que nos ocupa, la ganancia al evolucionar a Agile.

Con estos elementos claramente identificados es más fácil dar el paso de invertir en esta forma de desarrollar los proyectos, con la posibilidad de ir entregando resultados parciales, hacer un seguimiento intermedio, inspeccionar la evolución y adaptarse a los acontecimientos, para finalmente tener la metodología Agile completamente implantada en la parte de la organización seleccionada. De esta implantación se podrá aprender y adaptarla para nuevas implantaciones.

De esta forma nos planteamos nuestra transición a Agile siguiendo la propia metodología Agile y qué mejor por empezar por uno mismo en el cambio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Algunas diferencias entre Agile y Waterfall

En este post vamos a comentar algunas diferencias entre Agile y Waterfall en tres aspectos relevantes en la gestión de proyectos, los requis...